La diabetes (Diabetes mellitus) es una enfermedad crónica que afecta las vidas de unos cuantos millones esparcidos por todo el mundo, día tras día se diagnostican miles y miles de nuevos pacientes que padecen esta enfermedad. La enfermedad se caracteriza por la incapacidad de producir o utilizar apropiadamente insulina, y afecta a la capacidad del cuerpo de convertir azúcares, almidones y otros alimentos en energía. A largo plazo la híper glucemia (alto nivel de azúcar en sangre) provoca daños en los ojos, corazón, pies, riñones, nervios y vasos sanguíneos.
Los síntomas de híper glucemia pueden incluir la micción frecuente, sed excesiva, hambre extremada, pérdida inexplicable de peso, hormigueo o entumecimiento de los pies o manos, visión borrosa, fatiga, curación lenta de heridas y susceptibilidad de ciertas infecciones. Las personas que tienen alguno de estos síntomas y no se han hecho la prueba de la diabetes están corriendo un riesgo considerable y deberían ver a un médico sin demora.
Nadie sabe por qué la gente desarrolla la diabetes, pero una vez que se diagnostica, la enfermedad está presente de por vida. Es un desorden hereditario, y se conocen ciertos indicadores genéticos que aumentan el riesgo de desarrollar diabetes. La de tipo 1, antes conocida como diabetes mellitus insulin-dependiente o diabetes juvenil, afecta a de cinco a diez por ciento de los casos diagnosticados de diabetes. Este tipo aparece más frecuentemente en niños y adolescentes, y la causa la incapacidad del páncreas de producir la insulina necesaria para vivir. La de tipo 2, antes llamada diabetes mellitus no insulin-dependiente o diabetes adulta, afecta al otro 90-95 por ciento de los casos diagnosticados de diabetes, muchos de los cuales usan medicamentos orales o inyecciones de insulina para controlar la enfermedad. La gran mayoría de esas personas (el 80 por ciento o más) sufren de sobrepeso, muchos de ellos obesidad, pues la obesidad misma puede causar resistencia a la insulina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario